07 julio 2012

QUE CANTE HECTOR LAVOE " LA VOZ "


 Hector Lavoe


Cuando a finales de 1973 Willie Colón toma la decisión de disolver su banda, su cantante Héctor Lavoe se vio de repente en una encrucijada. Por más apoyo que tuviese de Fania Records (Johnny Pacheco vio allí la oportunidad perfecta para lanzarlo como solista, tal y como había hecho meses atrás con Ismael Miranda), por más apoyo que tuviese de la misma orquesta, que decidió permanecer unida alrededor del cantante; por más apoyo que le ofreciese Willie en la tarea de producir nuevas composiciones, Héctor de repente se dio cuenta de que tenía ante sí un reto bien complicado.

No se reseña en ninguna parte que él haya dudado ante ese cambio en el destino. Pacheco estaba más que dispuesto en apoyarlo, y Jerry Masucci transitaba aún esa etapa en la que parecía confundirse con un Rey Midas. Lavoe nunca fue de esa clase de hombre que se amilana ante los retos; tenía un ego bien administrado. Pero no es lo mismo ser el cantante de una orquesta, y que sea otro el que se trague las negociaciones y las faltas y las pagas y los ensayos, a pasar a ser cantante de la orquesta... y también el responsable. Lavoe, sin embargo, tuvo suerte. El grupo de músicos que Willie Colón había forjado era muy homogéneo, consolidado, contaba con varios discos a sus espaldas y centenares de toques. Y la buena recepción que había tenido Héctor en los últimos conciertos efectuados por Fania All Stars en Estados Unidos y Puerto Rico facilitaría la tarea de promocionarlo como cantante. Poseía un gran arraigo entre la gente por la forma como enfrentaba el montuno. Porque Héctor -ahí viene un lugar común- fue uno de los pocos cantantes de su generación capaces de transpirar la cotidianidad del barrio en cada uno de sus soneos; representó como pocos a ese gueto latino que trataba de no ahogarse en la ciudad de Nueva York. Ese gueto que, por extensión, terminó siendo muy similar a los barrios marginales de cualquier ciudad grande del Caribe.


Héctor Lavoe era un jíbaro, venido de Puerto Rico que nunca se preocupó por hablar bien inglés. Desde finales de los años 60 había estado coqueteando con ese terrible flagelo de la heroína -importada por los veteranos de Vietnam- y, debido justamente a ella y los desórdenes que producía, tenía fama de poco cumplidor: casi siempre llegaba tarde a los conciertos, aunque luego fuera capaz de estar cantando en uno y otro afterhours hasta las 10 de la mañana. Héctor era la representación del varón de barrio y por eso su fama comenzó a crecer como la espuma. Una vez roto el matrimonio con Willie, era necesario hacer un disco que le sirviese de presentación oficial como nuevo showman de la expresión. En Fania decidieron que había que sacarlo antes de que terminase 1974. Para Lavoe fue, además, la oportunidad perfecta para demostrarse a sí mismo, y a su familia, que era capaz de ser una persona de éxito.

Con Willie Colón como productor, más relajado por no tener que cargar con una banda a cuestas, la realización de La Voz, que finalmente fue publicado en el 75, reunió los mejores ingredientes. La banda que participó en las sesiones de grabación estaba compuesta por el legendario Tom Malone y el brasileño José Rodrigues en los trombones, Milton Cardona en las congas, José Mangual Jr. en los bongós, Eddie guagua Rivera en el bajo y Nicky Marrero en los timbales. Héctor decidió añadirle dos trompetas (como homenaje al sonido de Arsenio Rodríguez y al que Eddie Palmieri se había abrazado seis años antes), y para eso llamó a Ray Maldonado y a Héctor bomberito Zarzuela. Para su primer disco, decidió también que estuviese en el piano ese trágico portento llamado Mark Diamond, que había tocado en el segundo y tercer discos de Willie y pudo haber llegado a codearse con Eddie Palmieri, sino fuese porque sucumbió a las malas mañas de las drogas y desapareció del mundo musical neoyorkino en 1976 para nunca más volver. Lastimosamente. En los coros están Rubén Blades, Willie García, además del propio Willie y el propio Héctor. El disco fue grabado en vivo -a la vieja usanza- en los Good Vibrations Sound Studios de Broadway, aunque dichos coros fueron añadidos posteriormente. Jon Fausty estuvo en la consola.

La selección de temas es muy interesante. Si los seguidores de Lavoe esperaban irreverencia a secas, se sorprendieron por la cantidad de temas de corte amoroso: tres boleros (uno de ellos, Tus ojos, que es estupendo) y una guaracha; más dos canciones de corte religioso, una dedicada a su isla querida Borinquen y otra a sus seguidores. Un álbum redondo que alcanzó el disco de Oro a las pocas semanas y que le permitió ser reconocido como el mejor cantante de salsa en Nueva York ese año.


El disco empieza con El Todopoderoso, un guanguancó que cuenta con unos singulares arreglos gregorianos -sí, gregorianos- en los metales y una canción que raya en la salsa evangélica, pero se salva de la picota gracias al rápido montuno de Héctor y a esas trompetas bien arregladas por Colón que le dan una armonía pegajosa al tema, muy apta para el baile. Emborrachame de Amor es ese canto amoroso necesario que tanto le gustaba afrontar (era fanático de la voz de Vicentico Valdés y Santos Colón), con un arreglo tal vez un poco preciosista, pero que no desentona con el resto de la grabación. Paraíso de Dulzura, un mambo compuesto por el propio Lavoe, es un saludo a su tierra, una prueba más de que su exilio a la gran ciudad no fue más que por las ganas que tenía de alcanzar la fama (de hecho, nunca llegó a sentirse neoyorkino). Y a continuación Un Amor de la Calle, bolero desplante como pocos y que Héctor canta con mucha solvencia y madurez. Y eso que aún no había cumplido los 30 años.

El siguiente tema es un son montuno con muchísima fama: Rompe Saraguey, un cover del éxito de los años cincuenta compuesto e interpretado por Félix Chappottín. Canción santera como la que más, incluye un extraordinario solo de Dimond que dura más de dos minutos; un solo de piano casi sin parangón. Tanto así que es uno de los pocos solos salseros capaces de ser recordado por cualquier bailador, quien lo tararea y se lo vacila como si fuese parte de la letra, parte del montuno, parte de la voz. En ella, el soneo de Lavoe alcanza cotas nunca vistas en ninguna de sus grabaciones posteriores. El arreglo de José Febles hace el resto, y un corto pero contundente solo de trompeta de bomberito se encarga del resto. Solamente por esta canción vale la pena ubicar a este disco entre los mejores de toda la expresión salsera de todos los tiempos.

Mucho Amor es una bomba con pinceladas de guaracha que puede pasar sin pena ni gloria, y Tus Ojos es un bolero muy bueno, lento, casi pesado, traído del enorme arsenal musical cubano. Y cierra el álbum una canción que con el paso del tiempo se convertiría en una de las signatures de Héctor: Mi Gente, una festiva guaracha compuesta especialmente para él por Pacheco, ideal para su lanzamiento como solista, y que vio por primera vez la luz en ese legendario concierto de la Fania All Stars en el Coliseo Roberto Clemente de Puerto Rico, en 1973, y posteriormente en las presentaciones que realizaron en Africa. Había que grabarla en estudio, sumarle un estupendo solo de trompeta de Maldonado, coros festivos y esos giros en el soneo que la convertirían en un clásico inmediato

Oigan, mi gente
Lo más grande de este mundo
Siempre me hacen sentir
un orgullo profundo.
Los llamé
no me preguntaron dónde
Orgullo tengo de ustedes
Mi gente siempre responde
Vinieron todos
para oírme guarachar
Pero como soy de ustedes
Yo los invitaré a cantar
Conmigo sí van a bailar
Que cante mi gente



Otro motivo más para subir este álbum a los altares de la salsa.

El disco fue un exitazo rotundo, un clásico automático. Está considerada por muchos la mejor producción de Lavoe, porque transpira la esencia real del cantor ponceño. En ella se puede escuchar a Héctor en plenas facultades, cuando los excesos de su vida aún no le habían pasado factura. Fue, además, la mejor demostración de que él había surgido, de que una persona del arrabal de Puerto Rico, como él, podía llegar a las alturas de la fama y tener la portada de un disco para él solo.

 Carátula Cd de Hector Lavoe - La Voz


Si ya con Colón Héctor había alcanzado un considerable reconocimiento, con esta producción Disco de oro y millonaria en ventas comenzaría a gestarse el mito del Cantante de los Cantantes Hector "La Voz".



02 julio 2012

FALLECIO LA LEYENDA DEL CUATRO YOMO TORO


http://www.sabordominicano.com/blog/2012/07/la-leyenda-del-cuatro-yomo-toro-7-26-1933-6-30-2012-r-i-p/

Por más de sesenta años presentó con prominencia el instrumento nacional de Puerto Rico, “el cuatro” al mundo entero. El guitarrista de renombre internacional reconocido como “El Rey del Cuatro” Yomo Toro falleció el 30 de junio del 2012 a las 11:40 pm después de estar internado en un hospital de Nueva York por más de un mes por insuficiencia renal.

Rodeado en un abrazo espiritual de amor y música que sus familiares y amigos le mantuvieron a su entorno en vigilia las 24 horas, el músico de 78 años de edad, Yomo Toro es sobrevivido por su esposa Minerva casados por más de 31 años, su primera hija Denise Toro, sus hermanas Irma, Iris, Mirza y Milagros Toro, juntos a sus cinco nietos: Miriam Olivera, Martin Olivera, Denise Pinedo, Tiffany Pinedo & Denise Patricia Vélez y los tres tataranietos: Shaun Donate, Cloe Rodriguez and Martin Olivera. Sus hermanos Juan, Angel y Arcangel Toro quienes también estaban a su lado.


Desde los primeros sonidos vibrantes de su pequeña guitarra de diez cuerdas, momentos que paran los pelos corrieron a través de los brazos, espalda y cuello del público cuando el diminutivo seductor musical Yomo Toro montuniaba y con sus solos rascaba los cielos con arpegios celestiales, sus deditos gorditos volando por géneros musicales como las plenas, seis, y bombas de su país natal Puerto Rico hasta la salsa, jazz, rock, guitarra clásica y flamenco. El virtuoso interpreto estilos eclécticos entre esas manos angelicales que a través de largos solos recogía su trayectoria musical.

Nacido en el barrio Ensenada de Guanica, Puerto Rico a los cinco años Yomo utilizó una caja como un refuerzo para poder treparse para tocar la guitarra de su papá que colgaba en la pared. Fue sorprendido por su padre Alberto que, en lugar de enojarse, le pidió al niño apodado “Yermo” que volviera a la caja y siguiera tocando la guitarra. Lo hizo, cuando levanto la vista su padre estaba llorando.

Desde ese entonces, Yomo ha emocionado a muchos al son de su guitarra preferída “el cuatro”, instrumento puertorriqueño de diez cuerdas descendiente del laúd y luego adaptadas a cuerdas dobles similar a la Valhala española. Como embajador de la cultura puertorriqueña Yomo Toro creció ha tener una carrera de seis décadas conocido como uno de los músicos latinos mas respetado del mundo.

Después de aterrizar por primera vez a Nueva York en el 1953 con su banda “Los Cuatro Aces” Yomo se embarco en una series de giras por el Caribe. Durante este tiempo fue que grabo el disco clásico con los maestros del cuatro Maso Rivera y Nieves Quintero apropiadamente titulado “Los Tres Cuatros”

Su sueño de tocar con el legendario Trío Los Panchos se realizo al principio de los años sesenta, donde Yomo grabó cuatro albunes con ellos y uno donde canta Eydie Gorme.

El show de variedades de Yomo Toro por el canal 41 en Nueva York destaco muchos artistas y hizo un nombre para el joven cuatrista durante los años ‘60 al ‘70. Llamo la atención de Jerry Masucci y Johnny Pacheco co-propietarios del sello Fania y con el tiempo se unió como un importante parte de la Fania All Stars. El año 1969 fue especialmente notable cuando grabo su primer álbum de salsa “Tributo a Arsenio” con la Orquesta de Larry Harlow.

Fue llamado de nuevo por el guitarrista y compositor Roberto García para grabar un álbum de Navidad que Pacheco estaba grabando con un nuevo grupo. Roberto le pidió a Yomo que trajera su guitarra eléctrica, popular en esos tiempos, para sustituir por el. Pero, como Yomo cuenta la historia, cuando escucho la palabra “navidad”, agarro su cuatro en su lugar. Cuando Héctor Lavoe vio el instrumento inmediatamente pensó en su mentor y amigo de Yomo el gran cantante folclórico Chuito el de Bayamon y los dos empezaron a comparar los aguinaldos que ambos conocían. A través de este encuentro musical con Héctor Lavoe y Yomo en el 1972 salió a luz el clásico “Asalto Navideño” con Willie Colon y Héctor Lavoe el cual se convirtió en uno de los mas vendidos clásicos de la Fania.

En los años de los ‘70, ‘80 y ‘90 su carrera salió como un tren de carga. Yomo participó en mas de 150 discos grabando 20 como solista para los sellos Fania, Isla, Rounder Records y Green Linnet. Volvió a la televisión y al cine para tocar en anuncios publicitarios para varias empresas internacionales, como por ejemplos para los programas de televisión tan conocimos como “Sesame Street” y “El Fantasma de Padre Fohner ” mientras su música sonaba de varias películas incluyendo “Crossover Dreams” con Rubén Blades y “Bananas” de Woody Allen.

Llamado “El Jimmy Hendrix del Cuatro” por el New York Times, Yomo Toro se extendió a muchos ambientes de grabación musical con grandes como Harry Belafonte, Paul Simon, Linda Ronstadt, Gloria Estafan y David Byrne. Su imagen se captura en estatuas elegidas en su honor tanto en Japón como en su ciudad natal de Guanica.

A pesar de haber viajado el mundo entero, ser miembro de las “estrellas de Fania,” y hacer películas, Yomo mantuvo una simple vida humildemente viviendo entre la gente de su barrio del Bronx adonde se instalo en la sección de Tremont desde el 1973, después de una temporada de haber residido en Brooklyn y en el Barrio. Yomo se presento en la Casa Blanca con el mismo orgullo, vigor y entusiasmo que compartía con sus hermanos musicales durante los bailes anuales en su barrio del Bronx en el Bronx Lebanon Hospital Center donde realizo su ultimo concierto en Octubre del 2010. Entre sus compañeros Yomo fue considerado el mas humilde entre los artistas que personificaba esa calidad extraordinaria de “alma de Dios”, una rareza en esta sociedad urbana.

En el 1994 Yomo comenzó a viajar de nuevo y a grabar con las Leyendas Latinas de Larry Harlow. Dos años más tarde lanzo uno de sus discos favoritos “Celebremos Navidad”. Regresa en el 1998 esta vez como parte del musical de Off- Broadway de David González “Sofrito”. La música de Yomo también se escucha en el programa popular de niños “Dora La Exploradora”.

El trombonista de Jazz Roswell Rudd se enamoro de las cuerdas de Yomo y grabaron “El Espíritu Jibaro” en el 2007, mientras que el súper sonido de Yomo en la salsa tanto como su estilo único en la música jíbara de Puerto Rico se une en el críticamente aclamado disco debut de Zon del Barrio “La Tribu de Cortijo” seguido en el 2010 por el sencillo “Homenaje al Sonero Mayor” donde Yomo se escucha volando, innovando y estrechando su virtuosismo en la cuerdas de su querido cuatro.


 




SPANISH HARLEM ORCHESTRA: “IMAGENES LATINAS”

  Oscar Hernández and the Spanish Harlem Orchestra [SHO] have set the bar so high for the kind of Afro-Caribbean ensemble musicianship ...